jueves, 15 de marzo de 2012

La Vida es como el Póker

La vida y la muerte, una temática bordeando el cliché, lo sé, pero siempre la he hallado bastante interesante. En mi opinión, la vida solo puede ser hermosa si existe la muerte. Es por esto que la muerte, paradójicamente, en su inevitable pena y angustia, también le da valor a todo lo que significa algo en nuestras vidas. Para explicarlo mejor utilizaré como analogía al póker y las apuestas (sé que ningún ludópata es consciente de su situación, pero afirmo con total honestidad que no soy ningún adicto al juego, simplemente encuentro la metáfora bastante atinada). Para los que han jugado este juego con apuestas reales y con apuestas ficticias, comprenderán inmediatamente a lo que me refiero cuando digo que el juego pierde totalmente la gracia si no hay una potencial ganancia o pérdida de por medio. Cuando se juega "simplemente por diversión y sin intención de dejar sin plata a nadie" el póker se vuelve una de las actividades más aburridas y tediosas por haber. En contra parte, cuando uno es consciente de que de su desempeño depende que terminé beneficiado o perjudicado, el juego se vuelve infinitamente más interesante y, en numerosos casos, incluso adictivo.

De la misma forma sucede con la vida y la muerte: si la segunda no existiera, estoy totalmente convencido que la primera sería terriblemente triste, sería como jugar póker sin una apuesta real, se jugarían todas las manos porque no temes perder nada, no hay nada que te presione a esforzarte, a arriesgarte, a emocionarte. Es precisamente eso, darnos cuenta que en cualquier momento, cualquier jugada tuya o ajena, o simplemente el azar y la suerte pueden hacerte perder todo; lo que nos hace vivir. Ahora, hay dos clases de conductas que nacen a partir de esta comprensión: están los que simplemente quieren durar, que son los que juegan todo a la segura con la inocente esperanza de ganar, sin verdaderamente haber jugado; y están los que quieren divertirse, vivir, que son los que toman riesgos, que al fin y al cabo son necesarios si se quiere tener verdaderamente una experiencia de vida. Es así como de esta analogía lúdica extraigo una conclusión no muy nueva, pero sí muy cierta: ¿Queremos vivir, o simplemente durar?

viernes, 7 de octubre de 2011

Valor económico o artístico?

Siempre he considerado que existe una relación agridulce entre el arte y los negocios. Cuando hablamos específicamente de la música, muchos consideran que es imposible que esta exista sin el "negocio de la música"; esto tiene obviamente su fundamento lógico (y trataré de describirlo de la forma más simple posible): si el músico no tiene dinero para vivir, morirá, y junto con él, su música (sé que es un axioma, pero es mejor dejar todo bien en claro). Esta lógica me parece bastante irrefutable ya que, en efecto, el músico al igual que todo el resto de trabajadores hoy en día necesita dinero para subsistir, y merece un sueldo al igual que todo el resto. Sin embargo, al asignarle un valor económico a la música, la gente no se dio cuenta que en muchos casos este terminó remplazando su valor artístico. A qué me refiero? a que muchos "músicos" se dieron cuenta que la tendencia humana genera un patrón de culto masivo a un estilo musical específico cada cierto tiempo (o de forma más sencilla: la música de moda) y, al desapegarse de sus instintos artísticos y dejarse llevar por esta corriente popular, se ve recompensado por mayores sumas de dinero. Pero, como siempre, no es posible generalizar este problema. No estoy diciendo que la relación entre cuanto gana un músico y la calidad de sus creaciones sea inversamente proporcional (existe una enorme lista de artistas que, en mi opinión, tienen muy bien merecido el éxito económico que han alcanzado); tan solo digo que la perdida de calidad musical suele ser un efecto secundario, o daño colateral si se prefiere, a la hora de venderse a la industria de la música.

domingo, 14 de agosto de 2011

Tan solo una discusión (ojalá)

No son acaso todas las familias disfuncionales? Solo puedo hablar en nombre de la mía obviamente, pero si inclusive en mi casa, hogar de la familia que (inclusive en estos momentos de cólera, impotencia y decepción) considero perfecta, uno puede ver a la gente llorar, gritar, insultarse y (lo peor de todo, después del furor de la pelea) mantenerse indiferente ante el resto, me pregunto yo: ¿La lógica no dicta que todas las familias, por más unidas que sean, van a enfrentar momentos (que pueden durar minutos, días o hasta años) en los que sus miembros simplemente no pueden coexistir pacíficamente? Una simple palabra, una sutil reacción, una no muy pensada decisión pueden iniciar un conflicto que solo acaba cuando ambas partes asumen la culpa y piden perdón (asumiendo que llegan a terminar, ya que por desgracia conozco casos en los que la reconciliación parece un final utópico para lo que empezó décadas atrás). Qué sucedió? no te lo diré. Por qué sucedió? tampoco te lo diré. Que puedo hacer al respecto? ojalá te lo pudiera decir, es más, ojalá lo supiera. Hay momentos en la vida en los que uno lo único que desea es que existiera un comando "Ctrl+Z" en nuestro día a día. Alguna forma de retroceder y corregir los errores que cometemos, o impedir que los que nos rodean tomen decisiones que no solo los perjudican a ellos sino a muchos más. Honestamente no sé si preferiría ser parte de la discusión en este momento. Es fácil criticar y crear soluciones como un simple espectador, pero el protagonismo en estas riñas demuestra que no siempre es tan sencillo como se muestra. Quizás no esté colaborando en lo más mínimo escribiendo sobre lo sucedido, quizás no encuentre la solución divagando por los rincones de mi mente mientras me aíslo de la tensión que se vive en mi departamento, quizás estas palabras no te digan nada mientras las lees. Yo solo sé, que en estos momentos donde la compañía humana se devalúa, a raíz de una hiper-inflación de sentimientos agresivos y resentidos, en el comercio de palabras que se intercambian en una discusión; puedo encontrar equilibrio, paz y lucidez en la tranquilidad de la escritura y la necesidad de la reflexión.

domingo, 31 de julio de 2011

La Automatización Humana

Se han dado cuenta de lo automatizado que somos las personas? (odio poner signos de interrogación al inicio de las preguntas) Un ejemplo reciente: una amiga me mostró una foto en la que sale con otro amigo de espaldas, y me contó que cuando les dijeron que les iban a tomar una foto los dos sonrieron. Teniendo en cuenta que solo se les veía la nuca quizás no fue lo más inteligente que pudieron haber hecho, pero esto demuestra como con algo tan simple, como lo es una posar para una fotografía, muchas personas terminan desarrollando actitudes automáticas e involuntarias. Otro ejemplo (y una duda que hasta el día de hoy me tiene intrigado, por lo cual he dejado de hacerlo) es como cuando alguien estornuda, muchos de los que lo rodean responden "salud". Acaso el estornudo es un llamado que requiere confirmación de todos aquellos que lo escucharon? Acaso los que responden lo hacen porque sienten una obligación moral de soltar el comentario, ya que les enseñaron desde pequeños que es de mala educación no hacerlo? Acaso se dan cuenta de lo que están diciendo ("Salud: estado en que el organismo ejerce normalmente todas sus funciones") ? Acaso proviene de alguna superstición de antaño en la que se creía que desearle la salud a alguien evitaba que se resfrié después de haber estornudado, es decir, mostrado síntomas de esta enfermedad? La verdad ninguna respuesta me ha dejado más satisfecho que la de la automatización del ser humano.

Un último ejemplo (que probablemente habla más sobre la higiene y consciencia ecológica de mis compañeros de colegio, que sobre la automatización humana en sí): al costado de unas bancas en el patio de mi escuela suele haber un tacho de basura, sin embargo, un día el espacio que este ocupaba está repentinamente vacío. Cuál es la actitud de todos los que pasan rutinariamente por ese lugar? Dejar la basura en el suelo, exactamente donde día tras día se hallaba el depósito que sostenía todos los residuos que desechaban, como si el recipiente se hubiera vuelto invisible o ajeno a la vista del hombre. Con que lo relacionó mi mente? Un grifo de agua malogrado, que siendo de naturaleza netamente mecánica, sin ninguna capacidad de pensamiento o raciocinio, expulsa el agua sin importarle donde podría estar cayendo, o como podría estar desperdiciando un recurso sumamente importante para la vida, porque es simplemente un caño, no piensa, solo actúa como se supone que debe hacerlo, no piensa.

martes, 19 de julio de 2011

Día de crecimiento personal

Para todos aquellos que pueden decir que son totalmente independientes y son perfectamente capaces de subsistir por sus propios medios, esta nota les podría sonar como un chiste que se oye repetidas veces y pierde la gracia. Para los que aun vivimos bajo techo ajeno (ya que no es mío sino de mis padres) y necesitamos del apoyo de nuestros progenitores o tutores para vivir cómodamente, esta nota ojalá sirva como motivo de reflexión y premeditación a lo que se viene de acá a algún momento del futuro (en mi caso, no tan lejano). Después de haber hablado hoy con un amigo sobre el plan que voy a llevar a cabo una vez terminado el colegio (que si todo marcha según lo esperado, estaré explicando con mayor detalle de acá a unos meses), le manifesté que por más temor que puedo sentir de irme a estudiar a otro país en el cual no conozco absolutamente a nadie, sé que será una buena experiencia para mí. Su respuesta, sin embargo, fue totalmente opuesta a la mía: "Yo no puedo esperar a largarme de una vez y vivir por mi cuenta". Después de aproximadamente unos 40 minutos de conversación, este amigo hizo que me diera cuenta de la magnitud de la situación que me he planteado.

Mi hermano es tres años mayor que yo y estudia medicina, lo cual significa que (no estoy del todo seguro, pero me parece que) aun le quedan por lo menos 6 años para terminar la carrera y aun debe estudiar una especialización y encontrar trabajo antes que pueda siquiera conseguir el préstamo para comprar una casa propia. Yo, por el otro lado, me estaría quedando solo un año más en Perú después de terminar el colegio (que en el momento que escribo esto son 4 meses, porque el día que creé la nota no escribí nada más que el título) y de ahí me estaría yendo a vivir (y pongo énfasis en esta palabra, ya que tengo el presentimiento que los primeros meses va a tener que ir acompañada con el prefijo "sobre-") a Brasil por 4 años, o dos años en Sau Paulo y dos en Boston si consigo (o mejor dicho "cuando consiga") una beca. Qué implica eso? que voy a tener que madurar de forma acelerada si quiero sobrevivir por mi cuenta en un país que nunca he visitado en mi vida (con esto no me refiero a que sea inmaduro, solo que voy a tener que desarrollar actitudes y aprender a hacer cosas que quizás no todos mis compañeros del aula vayan a hacer dentro de dos años). Probablemente aun no haya asimilado en su totalidad lo que estoy describiendo, pero ciertamente la idea ya se ha asentado en el lado consciente de mi mente y me ha hecho reflexionar bastante el día de hoy, haciendo de este un día de crecimiento personal.

pd: siendo totalmente honesto, no me gustó para nada esta nota ahora que la he leído, pero por desgracia ya le dí la libertad a mi psiquis de explayarse de la forma que desee en este blog, así que sería bastante hipócrita y autoritario de mi parte quitarle la libertad que yo mismo le he proporcionado.

Cómo estar seguro?

Qué vas a estudiar? En que planeas trabajar? Ahora bien, imagínate que tienes toda la plata del mundo (o si prefieres una situación no tan hipotética: tus papás son millonarios y tienes dinero asegurado por el resto de tu vida); aún así querrías estudiar o trabajar en lo mismo? Es más, sabiendo que tienes suficiente dinero para mantenerte a ti y toda tu familia por siempre, siquiera estudiarías o trabajarías? Sabes por qué estoy seguro de qué quiero hacer con mi vida? Porque mientras leías las preguntas tu respuesta original probablemente cambió o la dudaste; yo siempre respondí "Quiero y voy a estudiar música".

jueves, 7 de julio de 2011