No soy un literato, ni un poeta, ni un escritor aficionado. Soy un pensador libre. No pretendo alcanzar cierto nivel de estética gramatical, léxica o poética. Pretendo encontrar un espacio para exponer esas ideas que dan vueltas en mi cabeza y me mantienen pensante por horas, días, semanas, o el tiempo que duren. No busco que la gente me cite textualmente o siquiera lea lo que escribo. Busco desahogarme y tener alguna manera de recordarme como era cuando lea esto en retrospectiva de aquí a unos años. En conclusión, no escribo todo esto para ti. Escribo para mi, y si existiera una sola persona aparte de mi que encuentre lo que escribo interesante debo admitir que me haría muy feliz, pero siempre tendré esa idea implantada en mi mente: Lo que escribo, mi forma de pensar, mi forma de expresarme y toda aquello que vaya a crear, es una forma de expresión personal, por lo tanto debe ser para mí y para nadie más. Si alguien más se siente identificado por lo que escribo, es tan solo una coincidencia y una de las razones por las que el mundo es precioso, pero ninguna creación personal debe ser pensada para que les guste a los demás, sino a uno mismo. Porque sino perdemos nuestra identidad, nos perdemos a nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario